Ayer el Banco Central de Chile dio a conocer el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) correspondiente al primer semestre de 2008. En esta cuenta, el ente rector informó que el 61% de hogares chilenos tienen algún tipo de deuda. Eso sí, el sondeo destaca que es la clase media
la que muestra un mayor nivel de endeudamiento, puesto que un 67% de ese estrato reconoció mantener compromisos comerciales pendientes.
El IEF fue presentado por el titular del ente rector, José de Gregorio, en compañía del gerente de división política financiera, Kevin Cowany, y en él se señala que entre noviembre de 2007 y enero de 2008 un 57% de los cuatro mil 21 hogares consultados en todo el país mantenía deudas de consumo, mientras que un 46% de éstos tienen obligaciones vigentes con casas comerciales. Además, un 15% de los consultados mantiene deudas hipotecarias.
También indica que la deuda de los hogares continúa mostrando caídas de su tasa de crecimiento, en donde el crédito bancario de consumo es el principal componente detrás de este comportamiento.
Agrega que las menores tasas de expansión reflejan tanto un escenario macroeconómico menos favorable, como el hecho de que, en los segmentos más tradicionales, existe menor espacio para crecer.
Pese a que el nivel de deuda de los chilenos ha decaído respecto al año anterior, lo que perjudica a los hogares es que el aumento de los salarios no ha ido acorde con el nivel de obligaciones que aún persiste.
Escenario riesgoso
Como contexto, el Banco Central observa como riesgo una caída en la capacidad de ofrecer crédito por parte de los intermediarios financieros internacionales. Esto debido a la debilidad que provocó la crisis subprime que afectó a varias entidades financieras.
Además, aún está presente el riesgo importante de desaceleración en el crecimiento mundial y la posibilidad de que la alta probabilidad de inflación lleve a incrementos importantes en las tasas de interés -hecho que ya afecta a Chile- que impacten el costo de financiamiento externo y pongan de manifiesto mayores riesgos de una contracción crediticia.
Asimismo, señala que en un escenario de mayores turbulencias financieras, se destaca que tanto bancos como empresas han aumentado el endeudamiento con el exterior, lo que muestra que el acceso al financiamiento externo no se ha cerrado.
El informe afirma que tanto el acceso al financiamiento externo como los indicadores de riesgo financiero de las empresas chilenas no muestran signos de deterioro significativo, aunque una parte importante ha debido ajustarse ante los mayores precios de la energía.
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