Por Patricio Ojeda González / La Nación
Al reajuste de $ 15 mil que tendrán los salarios a partir del 1 de julio, la multisindical consiguió que el Ejecutivo presente una iniciativa para subsidiar los sueldos más bajos, que las empleadas de casas particulares aumenten su remuneración y que se retome la asignación familiar en la negociación del próximo año.
Lograron que el sueldo mínimo alcance un histórico reajuste, consiguieron que el proyecto que iguala el salario base con el ingreso mínimo se tramite con suma urgencia en el Congreso, concitaron el apoyo de las bancadas políticas, comprometieron al Ejecutivo a subsidiar a los trabajadores de menores ingresos con una indicación que tiene que estar lista en lo que queda de año y le doblaron la mano a aquellos que decían que el Gobierno no se iba a prestar para aumentar en dos dígitos el ingreso básico.
Pese a esto, el día después de la extensa negociación por el sueldo mínimo, que se extendió por más de cinco horas el lunes, encontró a la directiva de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en constante comunicación con los parlamentarios concertacionistas para conocer el estado de avance del proyecto que fija en 159 mil pesos el sueldo básico que percibirán casi 800 mil trabajadores a partir del 1 de julio y que ingresó cerca del mediodía al Congreso.
La vicepresidenta de asuntos de la mujer de la multisindical, María Rozas, expresó su satisfacción por el acuerdo, no tanto por el aumento salarial conseguido, sino que por los beneficios anexos a este acuerdo que permiten en su opinión “vestir con otras ropas el salario mínimo”.
SUELDO ÉTICO
En ese sentido, Rozas sostuvo que en la negociación, la multisindical privilegió, como no se había hecho antes, la posibilidad de igualar el salario mínimo de las trabajadoras de casas particulares (que actualmente perciben el 75% del ingreso básico real) y considerar en la negociación del próximo año una modificación a la estructura y al pago de la asignación familiar. Pero, sin duda, uno de los puntos más destacados por la CUT, es la aspiración plasmada por primera vez en un documento desde que el presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, esbozara la posibilidad de establecer un sueldo ético: el subsidio estatal para los trabajadores focalizado en los que perciben menores ingresos.
“Pensamos que los $ 159 mil siguen siendo poco, porque hay personas
que con bonos pueden quedar en $ 170 mil, menos los descuentos quedan
en $ 155 mil, pero la meta que está metida en el país culturalmente
son $ 250 mil. Entonces ahí nosotros planteamos que a todos los
trabajadores que tienen un salario mínimo, el Estado los subsidie para
llegar a un salario ético”, cuenta Rozas, quien agrega que estos
beneficios serán para aquellos trabajadores que se encuentren
contratados por la empresa. “Con esto, también le decimos a la gente
que tiene que pelear por tener mejores condiciones laborales. Dejar de
trabajar por honorarios. El primer paso ya lo dimos, pero hay que
inculcar que se modifiquen las actuales formas de empleo”, dijo.
Pese a que aún no hay montos claros respecto a cuánto asciende este
beneficio, la CUT cree que no será tan difícil acercarse a la
propuesta de Goic puesto que ya está presente el compromiso del
Gobierno de avanzar en esta materia.
Destacó que a partir de 2009 las conversaciones con Hacienda retomarán
un aspecto que fue dejado de lado durante mucho tiempo: la asignación
familiar. “Eso nació como forma de dar protección a la madre y al
niño, o sea que el niño esté asegurado con la asignación familiar, ese
era el sentido, pero en algún momento esto lo dejamos ?suelto?. Ahora
se acordó que esta discusión volverá al debate y a su sentido
original. Eso es equidad”, afirma Rozas.
Eso sí, la dirigenta cree que es necesario alcanzar un fortalecimiento
de la negociación colectiva como método para alcanzar mayores acuerdos
entre trabajadores y empleadores. “Falta también que los empresarios
vuelvan a sentarse en la mesa de negociación del salario mínimo (no lo
hacen desde 1992). Podemos acordar cosas, en algunas otras no, pero es
necesario tener una interlocución porque ése es el verdadero diálogo
social”, afirma la sindicalista.
EMPRESARIADO
En tanto, el presidente de la Confederación de la Producción y del
Comercio (CPC), Alfredo Ovalle, calificó como “un buen término medio”
el acuerdo alcanzado por el Gobierno y la CUT. “Es una buena solución
dentro de un momento muy inestable para la economía tanto en Chile
como el resto del mundo. Se ha buscado un buen término medio. Ha sido
una negociación larga, pero se ha llegado a un salario que está entre
la mitad de lo que pedía la CUT y lo que estaba ofreciendo el
Gobierno”, señaló el líder patronal.
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