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El 29% de los venezolanos piensa en emigrar, de los cuales un 36%
pertenece a la clase media:
Fuga de talentos marca la emigración venezolana
Domingo 23 de marzo de 2008
Un asalto hizo que el médico Freddy Rodríguez empacara sus cosas y
viajara a España a ejercer.
Científicos, médicos y profesionales de la industria petrolera
protagonizan una diáspora hacia otros países, a donde van huyendo de
la inseguridad y de la inestabilidad política y económica.
Marielba Núñez
GDA/El Nacional/Venezuela
Un asalto le cambió la vida al médico Freddy Rodríguez. Esperaba en su
automóvil, en una congestionada avenida de Caracas, cuando un hombre
lo amenazó con un arma y le robó no sólo todo lo que llevaba encima,
sino también la confianza en que pudiera seguir viviendo en Venezuela.
En cuestión de semanas firmó un contrato para trabajar en Morón de la
Frontera, Andalucía. “Allá tienen un déficit de médicos, porque muchos
se van a otros países europeos. Voy a un pueblo pequeño, sólo a vivir
mejor, sin la angustia de temer por mi vida al salir a la calle”. Un
médico gana en España un mínimo de 3.000 euros (4.385 dólares),
mientras en Venezuela gana el equivalente a 400 euros (584 dólares).
Desde 2005 se han ido del país al menos 2.000 médicos, cifra
equivalente a la suma de los que egresan anualmente de todas las
universidades nacionales, afirma Douglas León Natera, presidente de la
Federación Médica de Venezuela.
Los médicos también escogen como destino Estados Unidos, Portugal,
Australia y Canadá, países que interesan a quienes visitan el portal
mequieroir.com.
Una encuesta hecha por la encuestadora Datanálisis indica que el 29%
de los venezolanos piensa en emigrar. De ellos, 36% pertenece a la
clase media y 25% a los sectores más empobrecidos. “Los motivos
principales que aducen para justificar esa intención suelen ser la
inestabilidad política y la inseguridad”, dice Luis Vicente León,
presidente de la firma.
Desde su oficina en la Universidad de Texas en Austin, donde es
director e investigador senior del Centro de Modelaje Subterráneo,
Héctor Klie relata que fue uno de los 18.756 investigadores despedidos
de Petróleos de Venezuela, luego del paro contra el gobierno de Hugo
Chávez de 2003. Sus razones para emigrar fueron políticas, aunque
también pesó lo económico. “La decisión comenzó por ser temporal, pero
se ha ido transformando en definitiva”.
Un porcentaje del personal altamente capacitado que en 2003 estaba en
la nómina de la industria petrolera nacional está desperdigado por 32
países, según datos recopilados por la asociación Gente del Petróleo,
que encuestó a 374 de esos ex trabajadores. Un 29% reside en EE.UU.,
15% en México, 12% en Canadá y el resto en lugares desde Latinoamérica
hasta el Golfo Pérsico.
Eddie Ramírez, presidente de esa organización, indica que cerca de
10.000 trabajadores petroleros -una cifra equivalente a la mitad de
los expulsados de PDVSA en 2003-, se han radicado en el exterior.
Calcula que por ello el país perdió más de 21 millones de horas-hombre
de adiestramiento.
El flujo migratorio de Venezuela se revirtió desde 1983. Muchos de los
inmigrantes que había recibido el país, de Europa o del sur del
continente, decidieron retornar a sus países, mientras que otros
venezolanos también hacían sus maletas. “Detectamos una tendencia a la
fuga en muchos profesionales que se habían formado con becas de la
Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (un programa estatal), en la
medida en que había una degradación social y económica”, admite José
Domingo Mujica, quien presidió esa fundación entre 1995 y 1998.
Datos de la National Science Foundation de Estados Unidos señalan que
en 2001, 8.800 venezolanos trabajaban en ese país en actividades
relacionadas con ciencia y tecnología, 2.000 con grado de maestría y
800 con doctorado. La mayoría de ellos había obtenido la nacionalidad
estadounidense y 3 de cada 10 tenía visa de residente. La cifra supera
a las 5.222 personas registradas en el Programa de Promoción del
Investigador del Ministerio de Ciencia.
No existen programas oficiales para repatriar los cerebros fugados. La
Fundación Talento Venezolano en el Exterior ha intentado mantener
contactos con los científicos en el extranjero, con malos resultados.
“El peor daño que puede sufrir un país es la descapitalización de su
potencial intelectual”, se queja el presidente de esa fundación ,
Claudio Bifano.
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Buenas tardes, el tema es de mi interes por razones personales, sera que tienes más informacion referente, me gustaria leer mas sobre el topico. Te AGRADESCO TUS BUENOS OFICIOS.